La muerte del afroamericano George Floyd a manos de un oficial de la policía local ha generado una oleada de indignación que se ha extendido por todo el mundo. Lo que empezó como unas protestas en Minneapolis se extendió a mas de 75 ciudades de Estados Unidos y Canadá. Las protestas pacíficas pasaron a ser auténticos motines como respuesta a la brutalidad de la policía para disolver las manifestaciones. Los Ángeles, Toronto, Denver, Nueva York, son algunas de las ciudades que llevan desde el 26 Mayo ardiendo por el fuego y la indignación.

Todo nuestro apoyo con la comunidad afroamericana y el conjunto del pueblo estadounidense en esta lucha. Ha quedado claro que la comunidad afroamericana ha sido y es uno de los sectores más duramente golpeados. El 24% de los muertos por COVID-19 han sido han sido afroamericanos cuando solo representan el 13% de la población. Sus nivel de renta está muy por debajo de la media estadounidense. Y de las más de mil personas que han muerto por acciones policiales, LAS 2/3 partes eran afroamericanos. Esto son solo datos recientes, no podemos olvidar que desde el propio gobierno, el siglo pasado, se promovieron grupos como el Ku Kux Klan. Una organización terrorista y racista cuya misión era tener “controlada a la población negra”. Mediante asesinatos y amenazas (más lo segundo que lo primero).

Pero dejarlo en una lucha contra el racismo o contra la brutalidad policial consideramos que es quedarse en la punta del iceberg. La muerte de George Floyd no es solo por una mera cuestión racial. La discriminación racial en los Estados Unidos es un producto de la explotación capitalista. La contradicción entre la población afroamericana y los círculos gobernantes estadounidenses es una contradicción de clase. La cuestión racial es una herramienta empleada por la clase dominante para poder aplicar una mayor explotación sobre un sector muy amplio de su clase obrera. Afroamericanos e hispanos suponen buena parte de la clase obrera norteamericana, y son sus sectores más explotados, oprimidos y empobrecidos.

Cuestión de raza, cuestión de clase

Son el motor de la economía estadounidense, pero también el sector mas duramente golpeado. Las condiciones laborales son precarias y son los últimos en las listas sanitarias. Por no hablar del tipo de educación que se puede permitir, a una distancia sideral de las clases pudientes. Para la burguesía monopolista norteamericana el único destino que tienen para los afroamericanos e hispanos es trabajar en unas condiciones laborales basadas en la hiperexplotación o arrojarse a la delincuencia. No tienen otra opción de futuro.

Es por esto que la lucha de estos días no es una lucha contra el racismo. Es una lucha de la clase obrera afroamericana unida a la lucha de la clase obrera estadounidense. Por eso no es de extrañar que cuente con el apoyo de amplios sectores populares. Esta lucha forma parte de la revolución proletaria mundial y la lucha de los pueblo del mundo por su emancipación y solo acabara con la caída de la superpotencia. Como dijo Mao Tse Tung en En apoyo a la lucha afroamericana contra la represión violenta. 16 de Abril de 1968. “El sistema perverso del colonialismo y el imperialismo surgió, y prosperó con la esclavitud y el comercio del pueblo negro, y sin duda su fin vendrá con la completa emancipación del pueblo negro.

Mao Tse Tung en apoyo a la población afroamericana tras
el asesinato de MartÍn Luther King.

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