Intervención del camarada Adrián Ramírez, coportavoz de las JUCE; en la conferencia de Agosto organizada por Unificación Comunista de España sobre nuestra posición ante el gobierno del PSOE-UP
En el terreno político, se agudiza la disputa entre dos fuerzas enfrentadas: el proyecto hegemonista de saqueo y degradación, que lleva la iniciativa y está en avance, y la resistencia de un viento popular y patriótico que conserva una importante influencia. Nuestra posición debe ser de apoyo y exigencia al gobierno de coalición.
Esta contradicción recorre toda la sociedad y el gobierno no es una excepción, fruto de esa contradicción presenta un doble caracter. Por un lado, PSOE y Unidas Podemos tienen un carácter prohegemonista y pro-oligárquico. Por otro lado, la existencia del gobierno más a la izquierda de toda Europa es fruto de su lucha del viento popular y patriótico. Ni la oligarquía ni el imperialismo querían ese gobierno, tras la moción de censura de Sánchez a Rajoy el G7 le vetó que hiciera coalición con Unidad Podemos. La alternativa que proponía el hegemonismo es la del PSOE en solitario o una gran coalición PP-PSOE. Ninguna es posible gracias a la resistencia del viento popular, el bipartidismo se ha quebrado y la gran coalición hubiera provocado un rechazo social inmenso. Tras la segunda vuelta quedó claro que había que ceder ante el empuje y exigencia del viento popular. Por eso debe satisfacer, aún limitadamente sus demandas.
A pesar de está victoria el que mantiene la iniciativa y está en avance es el hegemonismo. Con el cambio de gobierno se ha fortalecido los sectores más vinculados al hegemonismo y la oligarquía. Es por eso que se ha aplaudido que fuese Nadia Calviño como ministra de Economía o que salga consolidado Escrivá es una declaración de intenciones sobre la vuelta de tuerca del proyecto de recortes. En esa misma linea está el viaje de Pedro Sánchez a Estados Unidos, el corazón de los centros económicos, para asegurarle al capital norteamericano que invertir en España es una apuesta segura, abriéndoles así las puertas para una mayor penetración. Aún así, la influencia del viento popular se ha hecho notar. Los grandes fondos han mostrado inquietud al ver que no se está aplicando la reforma de las pensiones que a ellos les gustaría, o que la reforma laboral se haya rebajado, o que haya una nueva ley de Alquiler que choque frontalmente con sus intereses. Y tienen que llevar adelante estás medidas por el empuje del viento popular y patriótico.
Es en la política económica donde nos la jugamos. Si se va a impulsar una recuperación al servicio de una mayoría castigada por la pandemia económica, o si de ella solo van a beneficiarse grandes bancos, monopolios y el capital extranjero, aumentando la desigualdad. Por ello nuestra posición ha de ser el de apoyo y exigencia. Apoyo porque la influencia en él del viento popular y patriótico impone medidas que son un obstáculo frente a los agresivos planes del hegemonismo y la oligarquía. Y exigencia para que lleven adelante las medidas que la mayoría social reclama, desde nuestro programa. El retroceso sufrido por PSOE y Unidas Podemos se basa en el descontento ante un gobierno de izquierdas que, al acatar la prohibición de llevar adelante medidas de redistribución de la riqueza, incumple la promesa de “no dejar a nadie atrás”. Esta posición es vital porque nos jugamos la intensificación de los recortes o no. ¿En que situación nos veríamos con un gobierno del PP? No hace falta pensar mucho, Pablo Casado, en una entrevistada dada en el Financial Times anunció que si el llegará a ser presidente derogaría todas las reformas aprobadas por este gobierno, y que su modelo ideal es el italiano, cuyo presidente es un banquero.
Posición ante el gobierno del PSOE-UP
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